viernes, 14 de febrero de 2014

Sinceramientos

Estamos presenciando un inicio de año bastante inusual desde que la presidente Cristina Fernández de Kirchner ejerce su cargo. En efecto, vemos que en enero el peso se depreció un 23%, convalidando la mayor devaluación desde 2002, y el nuevo IPC Nacional arrojó como resultado un aumento en los productos de 3,7%. Si bien es cierto que el IPC no explica la totalidad de la inflación, debemos celebrar este sinceramiento necesario para recuperar aunque sea algo de la credibilidad y la confianza que se habían perdido a pasos agigantados desde que el INDEC fue intervenido en 2007. La gran duda que se genera es si será un sinceramiento sostenido en el tiempo, o es un golpe de efecto a fin de llamar a la puerta a los mercados con el fin de obtener financiación que permita cubrir las crecientes distorsiones que se están produciendo, en especial por la brutal caída que han sufrido las reservas internacionales del BCRA.

En relación al tipo de cambio actual, bajado porque el BCRA aplicó la normativa a los bancos privados para que ajusten su posición en moneda extranjera, debo destacar que esta situación no es sostenible en el tiempo. Hay una depreciación creciente del valor del peso, porque la emisión monetaria descontrolada inyecta al mercado mayor cantidad de pesos ante la misma cantidad de bienes y servicios, con lo cual lógicamente, el agente económico se desprende de aquello que representa un menor valor, al ser más abundante. Es una regla básica que no puede soslayarse. Recordemos que se han vendido bonos dolarizados de ANSES para mantener baja la cotización del dólar “contado con liquidación”, con el cual se pueden depositar dólares en el exterior. Ya estando vacías las arcas del ANSES y próximamente las del BCRA, lo único que falta es esperar a que este sinceramiento permita acceder a un crédito internacional que ha sido vituperado y dañado durante los siete años que estuvieron manipuladas las estadísticas. Como conclusión, las armas de las que dispone el gobierno para intervenir en la flotación del tipo de cambio son cada vez menos, para lo que habrá que ser muy cautos y aguardar para los próximos meses una evolución sostenida del tipo de cambio, llegando a los dos dígitos el oficial y acercándose a las dos decenas el paralelo en un mediano plazo.

Con respecto a los acuerdos de precios de los supermercados, nuevamente puede apreciarse que representan un parche que cada vez es más chico para tapar un agujero que se torna cada vez más grande. Si bien es cierto que la inflación alta tiene siempre un componente especulativo, este suele ser más incentivado por las políticas gubernamentales que por la natural vocación de ganancia que pueda tener un empresario. En esa dirección, hay que esperar una reacción favorable, dado el nuevo índice más “terrenal” publicado a nivel nacional. Gran parte de la especulación denunciada por la presidente se debe a la manipulación estadística, que genera indicadores poco confiables y en muchos casos muy distantes de la realidad. Es el mismo Gobierno el que debe propiciar las condiciones apropiadas para combatir la inflación, por medio de la disciplina fiscal y monetaria. Reconociéndola, solo se dio el primer paso.