miércoles, 22 de febrero de 2012

Tragedia del Once, ¿Podría haberse evitado?

Escribo estas breves líneas en solidaridad con las víctimas del accidente ocurrido esta mañana en Once, protagonizada por una formación del ferrocarril Sarmiento cuya concesión explota TBA (Trenes de Buenos Aires). Es un hecho que nos golpea a los argentinos como sociedad y nos extiende un espejo en el que deberíamos mirarnos. El mal estado de los trenes (que datan de los años '60), y el estado abandónico de las vías y las señalizaciones son un testimonio mudo que sirve para explicar las causas del accidente. Trataré de no explayarme mucho sobre el origen de TBA (propiedad del empresario menemista Claudio Cirigliano), y de la frecuencia de los accidentes que involucran a los ferrocarriles de esta compañía. Lo que debemos reclamar es una mayor seguridad jurídica y una menor presión fiscal que permita alentar inversiones serias que garanticen un buen servicio de transporte público, fundamental para conectar a los distintos barrios y ciudades de este País. La transparencia debe empezar a ser vista como virtud, y debemos dejar de ser cómplices de la negligencia. Gobierno, empresas prestatarias y gremios, deben unir fuerzas en ese sentido.
Todo comienza con las privatizaciones de Menem en la década del '90, que generaron la nefasta consecuencia del desmantelamiento del sistema ferroviario a nivel nacional y la aparición de pueblos "fantasma" que vieron como su medio de comunicación con el resto del país se esfumaba por el sólo objetivo de privatizar y desregular los mercados, y de negociados del presidente riojano con los gremios ferroviarios, encabezados por el hoy preso José Pedraza. Las vías y las estaciones de las ciudades del interior del país quedaban abandonadas, inutilizadas, y los terrenos pertenecientes a los ferrocarriles privatizados empezaron a devenir en villas de emergencia o basurales. Desconozco cual es el Estado del servicio del transporte público en Capital Federal y GBA (vivo en Mendoza), pero este desmantelamiento del sistema ferroviario a nivel nacional marca un fiel reflejo de la desidia y la falta de desarrollo estructural que puede reflejarse en los últimos gobiernos, preocupados más por alentar la variable "Consumo", en detrimento de la variable "Inversión".

Un saludo a todos y gracias por su visita

martes, 21 de febrero de 2012

Dictadura constitucional: El sueño K

Estas líneas se inspiran en acontecimientos ocurridos recientemente, y en el camino que, al menos exitoso en el corto plazo, ha desandado el kirchnerismo (luego devenido en cristinismo) a partir del conflicto con el campo en 2008.
Como todos saben, el conflicto con el sector agropecuario se inició con el anuncio, hecho el 11 de marzo por el entonces ministro de Economía Martín Lousteau, de la famosa resolución 125. La misma consistía en un nuevo plan de retenciones a la soja, que hasta ese entonces eran del 35%, para constituirse en retenciones móviles, que fluctuaban de acuerdo a la evolución del precio de dicho cultivo, que había tenido una tendencia altamente favorable en los últimos años. En otras palabras, las retenciones eran mayores si el precio de la soja aumentaba, y menores si disminuía. Este fue el principio del modelo autoritario tal como lo conocemos hoy, imponiendo medidas de este estilo, emanadas desde el Poder Ejecutivo, confiscatorias para el bolsillo de quien trabaja honestamente y con el sólo objetivo de hacer caja para mantener un modelo clientelista que les permita perpetuarse en el poder.
Dicho conflicto concluyó la madrugada del 16 de julio, con el desempate del ex-vicepresidente Julio Cobos, a partir de ese momento blanco permanente de las críticas K. Lo que no muchos imaginábamos son las secuelas del conflicto que pinta de cuerpo entero al gobierno actual. Basta con mencionar que a partir de este conflicto se generó la ruptura con el Grupo Clarín, la aparición de programas de TV ultraoficialistas como 678 (financiados con fondos públicos), la estatización de las AFJP ocurrida ese mismo año, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, la expulsión de Redrado del Banco Central que le permitió al Gobierno disponer libremente y a su antojo de las Reservas del mismo, los planes como "Fútbol para todos", con gastos millonarios en publicidad oficial, que a su vez era un instrumento para coaccionar y perseguir a los medios opositores, etc.
Se llega a la conocida conclusión de que este modelo se sustentó en "batallas ideológicas épicas" que el Gobierno liberó contra cada enemigo que se le fue presentando (llámese campo, oposición, Grupo Clarín, etc.), y en engordar su patrimonio a cualquier precio, bajo un alarmante principio del "Vale todo". Estas conductas, que en cualquier otro país serían duramente sancionadas, aquí son permitidas. Obviamente, esto ha sido obra y gracia del autoritarismo del Poder Ejecutivo, que centralizó todas las funciones del Estado, reduciendo a la mínima expresión al Poder Legislativo y al Poder Judicial.
De ahí se explica que CFK se escude en el 54% que supuestamente la votó para "hacer lo que le venga en gana". El famoso 54% pasa a ser sólo un guarismo que justifica lo injustificable. Es el 54% que permite cumplir el sueño enunciado en el título: la "dictadura constitucional", disfrazada de democracia y de libre expresión del pueblo. ¿A quién no le gustaría gobernar teniendo las ventajas de la democracia y las ventajas de la dictadura? Es una concentración de poder tentadora, una adicción que se hace irresistible. Es fácil basarse en un resultado electoral (no del todo transparente, por cierto), pero la falta de "enemigos a derrotar", hará que empiecen las disputas dentro del mismo oficialismo. Y el costo de censurar, perseguir y  despreciar a quien piense distinto, irá in crescendo.
Es tentador pensar en el aumento de las dietas de 100% a diputados y senadores, el conflicto (con represiones incluidas) generado por la mega minería a cielo abierto, la vinculación de Amado Boudou con Ciccone Calcográfica o el Proyecto X como el principio del fin de este gobierno. No obstante, estos hechos, comparables al incremento patrimonial de casi el 4000% de los Kirchner o al escándalo Schoklender-Madres de Plaza de Mayo, han tenido una repercusión escasa en la opinión pública. Parece haberse instalado en el inconsciente colectivo la idea de que "roban pero hacen", lo cual es de una comodidad alarmante. La inseguridad, los asaltos que ocurren diariamente, son una muestra de que nos roban personalmente a nosotros. Detrás del ladrón que roba se esconde una red de narcotráfico que está amparada por amplios sectores políticos y por los organismos de DD.HH. que se preocupan más en defender a los delincuentes en su condición de víctimas de la sociedad, que a la sociedad en su condición de víctimas de los delincuentes. Salvando las distancias, es como si se defendiera al tratante de personas por su derecho al trabajo, en lugar de defender a las víctimas por su derecho a la libertad. Son dos caras de una misma moneda, con la diferencia de que la trata de personas es más grave, porq se "roban" personas para alimentar una red clandestina. Demás está decir que todo este aparato forma parte del 54% que le permitió a CFK ganar las elecciones el 23 de octubre. Son los distintos eslabones de una cadena que puede tranquilamente garantizar la permanencia e incluso la perpetuidad en el poder político.
Pero este modelo se olvidó de un enemigo al que no podrán vencer: la Economía, en el amplio sentido de la palabra. No me refiero sólo a las variables macro económicas omitidas, como la inflación y su repercusión en el cálculo del PBI, o al "viento de cola" que dejó de soplar, con una marcada desaceleración de la economía internacional y un contexto que dista mucho de ser favorable. Tampoco al intento desesperado de este Gobierno, vía Guillermo Moreno, por esconder una realidad que tarde o temprano, por naturaleza del ciclo económico, deberá saltar a la luz. Me refiero a la avaricia desmesurada de este gobierno, que intentará conseguir fondos y "hacer caja" a cualquier precio, incluso a través de divisiones entre los suyos. Pero recuerden: nada es gratis

Un saludo y gracias por su atención


lunes, 13 de febrero de 2012

Revisión 2008 (última parte)

Esta es la parte final del escrito publicado en 2008: Me quedó un poco largo, quizás debería mejorar mi capacidad de síntesis. Un saludo a todos y gracias por su visita.

"A partir de que se fue Lavagna, empezaron los problemas (ocultación de la inflación, casos de corrupción, conflictos con los sectores agropecuarios, por mencionar algunos) por los que estamos desandando lo que nos costó andar luego de la crisis del 2001. Toda esta reseña histórica sirvió para demostrar que siempre hacemos y deshacemos, que no tenemos un proyecto serio como país, y que para ello debemos replantearnos si tenemos algún proyecto para nosotros mismos, si pensamos en cambiar esta tendencia o nos vamos a conformar con ver a programas de TV que solo persiguen el objetivo de lucrar, sin importarles cómo lo logran. No vamos hacia ningún lado, y gran culpa de esto lo tiene la masificación de los medios de comunicación, los programas sin sentido, los que generan “puterío”, dicho vulgarmente. Esto le conviene a la clase política, que con “un kilo y dos pancitos” compra votos. A los políticos les conviene que haya un 50% de la población bajo la línea de pobreza, porque son los más manejables, y ese porcentaje te asegura ganar una elección. Ese 50% de argentinos pobres cree en las promesas porque no les queda otra, porque quieren aferrarse a la posibilidad de llevar una vida digna. Por eso el gobierno estaba tan enceguecido ante el conflicto con las cuatro entidades del campo: se necesita ese dinero para seguir subsidiando a la pobreza, para seguir comprando votos y de esa manera perpetuarse en el poder. Pero este gobierno algo bueno ha hecho, no es en vano que este país (antes de que el INDEC pierda su transparencia), haya crecido a un ritmo de 8% anual. También ha habido un aumento en la inversión, y un aumento de la demanda que requiere que haya más oferta. Se podría invertir más, es cierto, pero al menos se ha dado un puntapié inicial, y los gobiernos siguientes deben mantener una jurisprudencia, reglas de juego bien claras que nos permitan seguir creciendo. Todo es posible en ese aspecto. Pero debemos empezar por casa, saludando con una sonrisa al vecino que sabés que mientras está baldeando su vereda, su perro se dirige hacia la tuya y defeca sobre la misma. Saludando al hincha del clásico rival que te gasta luegode que su equipo le haya ganado al tuyo. Si te gusta Korn, saludar a quien escucha Britney Spears o Madonna. Son pequeñeces que terminan por agrandarte. Si el panadero te da mal el vuelto, decile, aunque te haya dado de más. Es difícil, porque buenas y malas personas hay en todos lados, pero hay un respeto, una unión entre quienes quieren hacer bien las cosas. Y debemos pelear por eso, porque haya respeto. Porque ese respeto generará mejores personas, y esas mejores personas constituirán una mejor clase política, y esa mejor clase política enaltecerá a nuestras instituciones, y habrá una mayor justicia. Pero hay algo clave que debemos tener: paciencia. Roma no se hizo en ocho días, hay países como España, nuestra madre patria, que ha sufrido guerras civiles en este último siglo, y sin embargo ha salido a flote. Pienso que nuestras generaciones serán las que inicien el cambio, hay gente que vale la pena y que, con aciertos y errores, seguramente siempre tendrá la mejor intención. Tenemos una capacidad de construcción y destrucción que es envidiable, y una soberbia que no lo es. Si ganás sos el mejor y si perdés sos el peor. Nada es tan dramático. Entonces no es tan dramático aceptar la opinión de quien no piense igual a vos. Quizás alguien diga: “Prefiero estar como estamos y no como están los yanquis”. Y va a ser aceptable. Es bueno a veces el dinamismo, el ser como una rueda: constantemente alternás entre el arriba y el abajo. Lo que propongo acá es que todos intentemos sersinceros con nosotros mismos, saber aceptar que podemos equivocarnos y que el otro puede tener razón en lo que está diciendo. ¿Por qué tomó tanta trascendencia la tragedia de Cromañón ocurrida el 30 de diciembre de 2004, en la que murieron 194 personas y otras quedaron seriamente afectadas psicológicamente, y actualmente hay un juicio oral con Omar Chabán y los integrantes de Callejeros como imputados? ¿Los accidentes de tránsito no se llevan una cantidad similar de vidas cada año? Pienso que la respuesta es simple: en la tragedia de Cromañón, había una cabeza visible a quien echarle la culpa. Porque somos muy valientes para levantar el dedo y acusar, pero no tenemos esa valentía para ponernos una mano en el corazón y reflexionar sobre qué errores cometemos. Es cierto, probablemente el 99,9% de quienes lean esto que estoy publicando no hayan matado a nadie con sus errores, pero sí seguramente han generado algún tipo de daño, por más mínimo que sea. Ni siquiera hay que pedir disculpas, con intentar ser mejor alcanza. Primero hay que disculparnos con nosotros mismos, pero no desde la comodidad ni la permisividad, sino desde la sinceridad. No es un “uh, me equivoqué, y bue… ¿qué le vamos a hacer?”. Es un “uh, me equivoqué, voy a tratar de corregir ese error”. Es ir poniéndose metas y cumplirlas. Así empezamos a madurar como personas. Esa armonía con nosotros mismos es la que nos va a llevar a respetar al prójimo. Y así, el país será mejor desde el punto de vista humano. ¿Qué puede pasar en el camino? Seguramente va a llegar aquel momento en el que toquemos fondo. En el que nos miremos la cara y nos “matemos” con la mirada. Chile tuvo un Pinochet, España tuvo un Franco. Pero nosotros, difícilmente tengamos a alguien. Hay que poner mano dura, pero con buena intención. Los índices de inseguridad son escalofriantes, pero… ¿qué los hace ser tan escalofriantes? Que no nos pongamos de acuerdo, que avalemos que haya gente que pague cuantiosas sumas de dinero para “darse un gusto” si se quiere, conviviendo con gente que se “da los mismos gustos” de manera gratuita. Lo que a vos te costó dos o tres meses de trabajo, un ladrón puede conseguirlo en una noche. Lo peor de todo es la multiplicidad de drogas, los adolescentes que son literalmente ignorados por sus padres y que buscan algún refugio en sus vidas, terminan en esta penosa situación. ¿Para qué voy a trabajar, si voy a tardar un mes en ganar lo que puedo ganar en una noche? Los padres ignoran esta cuestión, no les brindan el apoyo psicológico y sentimental necesario, y lo que es peor, no les enseñan ese discernimiento que nos permite visualizar que trabajar es más honesto que robar. En otras palabras, trabajar es lícito, robar es ilícito. A esa “mano dura” me refiero. Pero no podemos pedirle “mano dura” a gente que, de una manera más sutil, termina teniendo la misma conducta. Para robar no hace falta estar armado, ni drogado, ni estar bajo las condiciones de pobreza o indigencia. El poder enceguece, y siempre se quiere más. La inseguridad es el fiel reflejo de cómo somos como sociedad. No hablo de pensar a futuro, pero sí de ganarnos las cosas con el sudor de nuestra frente, como hacían nuestros abuelos. Para que el país crezca se necesita aumentar la producción, no aumentar los impuestos. Para comprarme un plasma, o una cámara digital, o un celular, tengo que trabajar, no salir a robar. Porque si salgo a robar, me van a meter preso. Y esta es la parte de la ecuación que no funciona, que no encaja. No se pone “mano dura”, porque hay que respetar los derechos de la gente que roba. Y el que compra las cosas con el sudor de su frente, que se joda por boludo. ¿Quién respeta el derecho de quien se gana las cosas por derecha?, ¿Por qué pensamos en los derechos humanos a la hora de defender al que roba y no al que se compró algo con su trabajo y tiene derecho a disfrutarlo? Acá nadie pide pena de muerte, sino que se aplique la ley. Si vamos al punto de vista religioso, que es otro de los casos a tener en cuenta, el 5º mandamiento dice “No matarás”. Pero si vamos un poquito más abajo, el 7º dice “no robarás”. En esa tabla de Moisés, matar tiene la misma trascendencia que robar, y como consecuencia, las dos conductas serían repudiadas por igual. Peor aún, si los que roban también matan, ya que no les importa la vida del prójimo. Entonces, ¿por qué se duda tanto en aplicar mano dura con aquellos que se ganan la vida robando? Hay que, por lo menos, generarle la idea a quien tiene intención de robar, que “robar es peligroso”. Luego, si la tabla de Moisés le da la misma trascendencia a robar que a matar, aplicar similares penalizaciones a ambas conductas. Es fácil decirlo, difícil llevarlo a la práctica, pero es la única solución. No divagar, no dudar, no claudicar. Hacer lo que se debe hacer. Y punto. Hay un tiempo para los dichos y otro distinto para los hechos, y la brecha entre ellos debe ser la menor posible. Esto toma más relevancia si el que roba, encima, mata. Estaría incurriendo en una doble penalización. Y volvemos a entrar en el terreno de la “lucha de clases” que alguna vez definió Marx. Hay que bancarse a los que roban, porque tienen derecho a la vida, pero si encima de violar tu derecho de propiedad privada que tanto consagra el capitalismo, te mata, entramos en un conflicto importante. O ellos, o nosotros. Esa parece ser la cuestión. A la clase política le interesa que “ellos” sigan subsistiendo, porque es fácil comprarlos después, son votos que les permitirán perpetuarse en el poder. Es lógico, pero ya hicimos el repaso histórico, así que me remito a lo puesto en los primeros comentarios. Yo estudio economía, y la economía no puede ser analizada aisladamente, prescindiendo de lo político y de lo social. Esas tres patas llamadas política, sociedad y economía, son las bases en las que todo país debe apoyarse, que una de esas tres patas se quiebre o se doble, les hace perder estabilidad a las otras dos, hacen que toda la mesa se caiga. Está en ustedes analizar cual es la pata que está quebrada. Con eso cierro por lo menos lo relacionado al país como conjunto, espero que lo lean y, si surge alguna duda o desacuerdo, siempre está la posibilidad de hablarlo"


domingo, 5 de febrero de 2012

Reversión 2008 (3º parte)

¡Buenas tardes! A continuación, la 3º parte del escrito de mi autoría, disfrútenlo y gracias por su visita:

"Era obvio que a Menem le iban a prestar, y después cuando fue a pedir Clemente, em…perdón, Fernando De La Rua, no le iban a prestar, aludiendo alta irresponsabilidad y desconfianza por parte de los políticos argentinos. Bastó una crisis internacional severa, como el “efecto tequila” de 1995, para que se desnudara nuestra vulnerabilidad. Hubo una brusca caída del PBI, y comenzaba a evidenciarse un alarmante índice de desempleo. Los “efectos secundarios” del remedio de la convertibilidad empezaban a asomarse. La recesión terminaría por manifestar su presencia en 1998. Ciertamente, todos estos efectos secundarios terminaron siendo padecidos por el gobierno de Fernando de la Rua. Un político de intachable trayectoria chupete. Entre otras cosas, integró la fórmula presidencial de la Unión Cívica Radical con Ricardo Balbín en 1973, siendo derrotados por la fórmula Juan Domingo Perón-María Estela Martínez de Perón (más conocida como “Isabelita”). Fue derrotado por Raúl Ricardo Alfonsín en las internas presidenciales de 1983, y fue Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires entre 1995 y 1999, donde tomó una mayor trascendencia política y. junto con Carlos “Chacho” Alvarez (líder del FREPASO, movimiento que tomaba notable relevancia en ese entonces). Lideraron la fórmula de la Alianza Política UCR-FREPASO, que se impuso con el 50% de los votos, derrotando a quien después lo terminaría reemplazando en ese caótico fin del año 2001, Eduardo Duhalde, quien compartía fórmula con Ramón “Palito” Ortega. Todo este detalle lujoso para decir que De La Rúa agarró un país típico de un contexto en el que empieza a formarse una avalancha, la bola de nieve se hace cada vez más y más grande, y ante esta situación, el cordobés mostró una alarmante debilidad, podríamos llamarlo impotencia si se quiere. No asumió el liderazgo que el pueblo le había confiado con su voto, y lo único que hizo durante su presidencia fue “tirar manotazos de ahogado”. Para eso no se le ocurrió mejor idea que llamar al padre de la criatura, al que había ideado el plan para salir de la inflación, al que nos había metido en este “brete”. Aún hoy queda por preguntarse: “¿Por qué si en su momento era un plan solo sustentable en el corto plazo, lo siguió defendiendo a muerte, aplicando leyes que terminarían por desencadenar la crisis?”. “¿Sería muy retorcido pensar que Cavallo le hizo la cama a De la Rúa?”. Uno nunca sabe. Es muy difícil pensar que a la misma persona que se le ocurrió la Ley de Convertibilidad, se le hayan ocurrido inventos criollos como el Impuesto al Cheque, la Ley de Déficit Cero o el Corralito. Todas esas leyes terminaron por desencadenar la crisis, y así como ocurriera en 1989 (aunque no tan grave porque ya había sido electo Carlos Saúl), un presidente radical debía renunciar a su cargo. Fue presidente por un día Ramón Puerta (presidente provisional del Senado ante la dimisión de “Chacho” Álvarez en 2000), y se designó presidente provisional hasta marzo de 2002 a Adolfo Rodriguez Saá, hoy solo recordado por haber declarado al país en Default y por los famosos aplausos que esa medida poco seria terminó generando. Duró solo una semana. Asumió Eduardo Caamaño, que convocó a una asamblea que terminaría nombrando a Eduardo Duhalde por lo que quedaba del período, es decir, hasta el 10 de diciembre de 2003. Los primeros meses del 2002 fueron duros…no sólo se mantuvo el “corralito” implementado por Cavallo: hubo devaluación y pesificación de los depósitos, un cóctel fulminante para los que tenían sus ahorros depositados en el sistema financiero argentino (entre ellos De la Rúa, qué raro no?). Tardó mucho nuestro país en reacomodarse a esa situación. Obviamente la inflación no se hizo esperar. Tras la renuncia de Jorge Remes Lenicov como ministro de Economía, llegaría un nuevo “apagador de incendios”, porque en esa época no había otra designación posible para los ministros de Economía. Y Roberto Lavagna leyó muy bien el problema. Había mucha capacidad ociosa, que requería un aumento de la oferta que condujera a la recuperación económica. Y la recuperación no se hizo esperar. Luego llegaron los Kirchner y la historia ya es conocida"


Un gran saludo y la próxima semana, la que es a mi gusto la parte más importante.