viernes, 13 de septiembre de 2013

El día que Cristina dejó de ser eterna

Hoy conmemoramos el primer aniversario de la marcha del 13S, marcha en la que el pueblo argentino despertó y manifestó sus demandas e inquietudes. Podemos considerarlo un día histórico, como el día que se le dijo basta a la corrupción, a los atropellos constitucionales y a los intentos de perpetuación en el poder. La sensación de ese día, en el que nos albergó la agradable sorpresa de la abundante convocatoria, fue que a partir de ese momento nacía una nueva República. Fue la sensación de que habíamos despertado, de que habíamos defendido la democracia, de que no estábamos solos y desamparados ante un gobierno decidido a “ir por todo” y “por todos”. Fue un desahogo ante lo que fueron esas semanas previas, en las que había cadena nacional casi todos días, la presidenta decía que había que tenerle “un poco de miedo”, la AFIP afloraba como instrumento de persecución a disidentes y no había día que no se hablara de la tan temida re-reelección, instalada fuertemente en la agenda kirchnerista. A partir de ese momento, el gobierno, tan afecto a inventar enemigos a vencer, se metió con la tradicional clase media, siendo ese un error que le costó caro, dado que esa reacción desmesurada terminó potenciando lo que a la postre sería el 8N. Al mostrar su peor cara, la de la intolerancia, perdió la calle, un bien preciado por cualquier político, y empezó a perder adeptos que los llevaron a fracasar ante cualquier intento de imponer la agenda. El cristinismo comenzó a hablar de “batallas”, lenguaje bastante preocupante para un sistema democrático. Así, se perdieron las “batallas” libradas contra Clarín primero, contra el Poder Judicial después. Las contradicciones y la desesperación se tornaban cada vez más evidentes. Hechos como el embargo de la Fragata Libertad y las inundaciones en La Plata, por citar a algunos, terminaron por mostrar que el fin de ciclo era algo inminente.

Ante el recuerdo de una fecha tan especial y la que sentí que me volvía el alma al cuerpo, no tengo más que decirle gracias a todos los que estuvieron ahí, a todos los que presenciaron ese freno a los atropellos a la Constitución Nacional y a las instituciones, permitiendo que empecemos a trabajar por la república que todos soñamos.


Les mando un gran abrazo patriótico. Feliz aniversario

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