jueves, 25 de agosto de 2016

Nuestro futuro

Estamos asistiendo a una situación preocupante en materia de judicialización de las políticas que está llevando adelante el gobierno de Mauricio Macri. Si bien en muchos puntos coincido con el fallo de la Corte Suprema con respecto al aumento de la tarifa de gas (mis publicaciones anteriores ya explicaron largamente la cuestión), la noticia de que ordenaron frenar el pago a los jubilados de la ANSES me suena, cuanto menos, inexplicable. ¿Por qué no frenaron al gobierno kirchnerista cuando utilizó esos fondos para pagar Fútbol Para Todos y su insoportable propaganda partidaria? ¿Por qué no regularon la provisión de medicamentos, que en muchos casos iban destinados a personas fallecidas? Así, podemos citar numerosos ejemplos, ya que la caja de la ANSES fue la caja que se utilizó para financiar un proyecto político que tenía pretensiones de hegemonía y eternidad. En otras palabras, se utilizó para algo que no se debía.
Es preocupante la actitud de mucha gente que durante años permitieron abusos a diestra y siniestra, y ahora levantan el dedo acusador con una rapidez inusitada, que hubiera sido muy útil los últimos 12 años. De ninguna manera pretendo que se le permitan al macrismo los mismos abusos que se le permitieron al kirchnerismo. Sólo pretendo que se deje gobernar y se tenga coherencia y paciencia con un gobierno que recibió un país devastado, aunque algunos todavía crean que estábamos mejor que Alemania.
Tengamos presente que el último gobierno no peronista que pudo terminar su mandato constitucional fue Marcelo Torcuato de Alvear, hace ya 88 años (1928). El Partido Justicialista tuvo su origen en un Golpe de Estado (Perón como Secretario de Trabajo de Edelmiro Farrell), y desde su existencia, siempre quiso imponer su idea hegemónica y su pretensión de ser un partido único, manejando todos los resortes de poder cuando son gobierno y esquilmando y desgastando a los gobiernos cuando son de otro signo político. La expresión que vimos en los últimos 30 años fue la siguiente: Debilitamiento institucional constante, presión sistemática a los demás poderes del Estado y, si no pueden continuar en el poder, preparación de una bomba de tiempo para que explote a un gobierno opositor.
Están claras las intenciones de convertir a Mauricio Macri en un nuevo De la Rúa, y que luego de eso el PJ consagre a un nuevo líder y se encolumne detrás de él en busca de realizar otro proyecto hegemónico que les permita a algunos servirse, a perpetuidad, de las arcas estatales y convertirlas en propiedad de dicho partido político. Así como muchos ex menemistas se reciclaron como kirchneristas, los ex kirchneristas se reciclarán en la figura del nuevo líder. Está claro que Sergio Massa va tras ese botín preciado. Su relato hoy consiste en igualar al macrismo con el kirchnerismo y pararse desde una supuesta superioridad moral que daría “estar en el medio”. Eso no sería otra cosa que el inicio, en el cual, por ejemplo, captaría a aquellos hartos de “la grieta”.

Como conclusión final, considero que el país saldrá adelante cuando tenga instituciones sólidas y una Justicia verdaderamente independiente. Debemos dejar de cultivar líderes mesiánicos “sabelotodo”, que por su condición de iluminados se creen dueños de una verdad revelada y más allá de la ley. Entre todos lo haremos posible

No hay comentarios:

Publicar un comentario