martes, 11 de octubre de 2016

Inseguridad

En esta ocasión, voy a hablar del flagelo que representa la inseguridad y las implicancias que esto tiene en nuestra vida cotidiana. No descubro nada nuevo diciendo que la inseguridad es una consecuencia de muchas complicidades, a saber, entre el narcotráfico, la política y la justicia. La inseguridad es un instrumento que utiliza sistemáticamente un gobierno populista para instalar el miedo en la sociedad y la sensación de impunidad, de que esforzarse para obtener réditos es inútil, que siempre tendrá más beneficios recibir dádivas del Estado. Este esquema es tan viejo como la vida misma, y responde a la penosa ambición que han tenido las franquicias del peronismo denominadas menemismo y kirchnerismo por perpetuarse en el poder para así perpetuar sus privilegios entre la clase política.
Visto desde esta perspectiva, la problemática no ha hecho más que agudizarse desde hace aproximadamente 30 años a esta parte. Hay una marcada connivencia entre todos los resortes que tienen que actuar para que la población esté más segura. A la justicia y a la política no les importa combatir contra la inseguridad, porque reciben una parte del botín. Como hemos visto, en muchos casos la policía misma es incluso quien alienta los robos, negociando por una parte de lo robado.
Desgraciadamente, vemos como el narcotráfico se ha aliado con la política para constituir un poderoso esquema que pretende eternizarse. La inseguridad es hija de esa alianza. Por medio de la inseguridad se pretende crear un relato maquiavélico y malicioso que pretende convertir a las víctimas en victimarios, y a los victimarios en víctimas. Esto es así porque los delincuentes que roban responden a ese esquema cómplice que se pretende instalar, son clientes VIP, por decirlo de alguna manera. El negocio cierra para todos…menos para quienes salen a ganarse el pan con el sudor de su frente.
El mensaje que se dará hoy a las 20 horas en la manifestación “Para que no te pase”, tiene que observar esta realidad. Lamento mucho la especulación política que se generó en torno a esta marcha, dado que, como bien dije en los párrafos anteriores, la política es parte del problema. El reclamo es para desbaratar este pernicioso sistema de complicidades.
Espero que el gobierno actual sepa leer este fenómeno y comprenda que debe desbaratar este esquema si pretende un país sustentable en el futuro, donde se creen condiciones óptimas para invertir y para crecer en el rumbo que pretendemos. Es cierto que hay narcotráfico en todos lados, pero aquí se siguió el esquema que impera en México o en Colombia, donde el narcotráfico ya es una especie de co-gobierno. Mientras en otros lugares se lo combate, aquí se le abre la puerta de par en par. Lo demás, es empezar a atar los cabos y sacar conclusiones.

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