martes, 21 de marzo de 2017

Delineando el futuro

Está transcurriendo un mes de marzo difícil, como suele suceder en los últimos años como consecuencia de arduas negociaciones por las paritarias. Este año, en particular, está signado por el conflicto docente y la postura intransigente de los gremios frente a una propuesta de incremento del 19% anual más la inclusión de una cláusula gatillo en caso de haber una inflación más alta. Los gremialistas exigen que se abra una paritaria nacional (cuando son las provincias las que pagan los sueldos docentes) y ponen esa condición para levantar el paro y el conflicto. La paritaria nacional viene a ser una suerte de salvavidas para provincias como Santa Cruz, que no ofreció ningún aumento, o Entre Ríos, que ofreció un 6%. Con todo, parece más que evidente la intencionalidad política de los gremios docentes, cuyos paros tienen un acatamiento cada vez menor. Es lamentable que un reclamo justo se desvirtúe por el oportunismo de ciertos sectores políticos que no quieren perder poder ni privilegios, y tienen miedo de ir presos.
Este conflicto docente fue sin dudas el disparador de una problemática que aqueja a la Argentina en los últimos 70 años: las dificultades y obstáculos constantes que deben soportar los gobiernos no peronistas, que desde la existencia del peronismo nunca pudieron concluir el mandato otorgado constitucionalmente por el voto popular. Pareciera que nadie quiere entender esto, o nadie se pregunta cómo muchos de los que gritan hoy hacían silencio durante el kirchnerismo. El periodismo le hace el juego a estos sectores desestabilizadores, y levantan el dedo con una facilidad que no era vista hasta hace 15 meses atrás. Es evidente que hay una desesperación por querer ver a Macri irse en helicóptero, porque eso le garantizaría, por fin, al peronismo, ser la única alternativa posible para gobernar, como bien se desprende del germen totalitario del PJ. Si Macri logra consolidar su proyecto y terminar el mandato en 2019 (ni hablar si hubiera una eventual reelección), sería la prisión y la pérdida de privilegios de muchos sectores que fueron gobierno en 24 años de 26 entre 1989 y 2015. Sería la posibilidad de afrontar realmente una verdadera democracia, algo que el peronismo, en el fondo, aborrece.
De ninguna manera creo que Macri sea el salvador de la patria, y si el día de la mañana se presenta una alternativa mejor a Cambiemos, superadora, la votaré, siempre y cuando sea una alternativa democrática y que en los debates busque enriquecer posiciones y construir, y no imponerse por la fuerza o invalidar totalmente otras opiniones. Siento que como sociedad estamos cansados de que nos pisoteen o nos quieran decir que sentir o que pensar. Sueño con un país donde haya muchas opciones para elegir y haya respeto mutuo. El peronismo siempre soñó con ser la única opción, eliminando a todas las demás, y ese es el principal motivo de estos 70 años de decadencia. Quiero votar a los mejores, no a los únicos, ¿Tan difícil es entender?

Sé que este artículo no es estrictamente económico, pero si queremos ser un país con futuro, debemos erradicar las tendencias totalitarias, a querer monopolizar la verdad e imponer un pensamiento único. Sólo así seremos el país que soñamos todos, y que sin duda construiremos entre todos.

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